miércoles, 21 de marzo de 2007

Qué me van a hablar de amor !!


Esto empezó siendo un chiste, una manera de pasar el rato y termino siendo un descargo.
Dice Sabina, a quien le consulto muchas veces y tantas otras le adjudico el papel psicólogo, que todos los finales son el mismo repetido... pero se equivoca.
Perdón Joaquín, disculpame la herejía, sabes que nunca te discuto pero en esta no te banco.
No todo puede terminar igual cuando lo que se vive antes del fin es diferente.
Entiendo que está claro que no hablo del final de una película ni de una vuelta en la calesita ni mucho menos el final de un año o el final del pote del cuarto de helado que te compraste porque la angustia oral no te deja vivir... me refiero a esos finales que no deberían serlo, aquellos que son dignos de una producción de Hollywood o simplemente los que son sencillos, pero duelen como si no lo fueran.
El caso es que cuando el final te deja la sensación de haber perdido una extremidad, estas en problemas. En serios problemas.
Cuando te despertás (asumiendo que podes dormir) todos los malditos días con la esperanza de que todo vuelva al principio, incluso a veces con ganas de despertarte antes de haber empezado, ya no hay vuelta atrás.
Y ni hablar de lo que te puede llegar a pasar cuando cada vez que lo/la tenés que mirar a los ojos sentís que puede ver más allá de lo evidente (si, si... como el de los Thundercats con la espada del augurio)... cuando sentís que sos tan vulnerable que podría arrancarte hasta las tripas con sólo tener la voluntad de hacerlo.
Y si te da la sensación de que no podes respirar cada vez que está cerca, y si tenés que encerrarte en el baño para que el resto del mundo no te vea llorar, y si rezas por despertarte al día siguiente y no tener que ir a trabajar...
Y si te preguntás para qué te arriesgaste sabiendo que el miedo es tu peor enemigo y hace trampa, si te cuestionaste una y mil veces si la decisión que tomaste es la correcta y si te debatis a diario con tu orgullo, entonces ...bienvenido/a a mi mundo!